30/9/08

Una nueva técnica de cirugía bariátrica mediante gastrectomía tubular conserva la función duodenal y evita el vaciamiento gástrico rápido. *




Una nueva técnica de cirugía bariátrica mediante gastrectomía tubular conserva la función duodenal y evita el vaciamiento gástrico rápido.

Una nueva técnica quirúrgica para el tratamiento de la obesidad mórbida consigue mejores resultados que la gastrectomía tubular y resuelve gran parte de la comorbilidad. Esta nueva técnica, denominada gastrectomía tubular con derivación intestinal se presentó en el XXV Congreso Anual de la American Society for Metabolic & Bariatric Surgery.

Se realizó un estudio prospectivo en un solo hospital en 106 pacientes de 17 a 67 años de edad (media: 43 años) con obesidad mórbida (índice de masa corporal [IMC] > 40 kg/m2 ó IMC > 35 kg/m2 con comorbilidad). En todos los pacientes se efectuó una gastrectomía tubular con derivación intestinal mediante laparotomía o laparoscopia con un seguimiento a 1, 3, 6, 12, 18, 24, y 36 meses de la cirugía. Los factores estudiados eran el IMC, la pérdida de peso, las complicaciones y los cambios en la comorbilidad.

En esta presentación, el Dr. Munir Alamo del Hospital Dipreca de Santiago de Chile, describió la comorbilidad inicial de los pacientes. Las más frecuentes eran hipertensión arterial (46,2% de los pacientes), resistencia a la insulina (43,4%) y dislipidemia (40,6%). Además, el 25% de los pacientes tenía enfermedad tiroidea y el 20% reflujo gastroesofágico.

La nueva técnica consiste en “crear un tubo gástrico” que preserva el píloro, y un asa en Y de Roux del intestino delgado de aproximadamente 300 cm de longitud. El asa del intestino delgado empieza a 30-40 cm del ligamento de Treitz. La porción del intestino delgado puenteada no se extirpa.

El Dr. Alamo explicó esta técnica a Medscape General Surgery. "Hay dos razones por las que no es necesario extirpar el intestino delgado. La primera es que supone una agresión innecesaria, prolonga la intervención y añade morbilidad”. La segunda es que "el péptido tipo glucagón [GLP]-1 favorece o podría favorecer a largo plazo la secreción de insulina en [algunas] células beta del páncreas. Por lo tanto, es mejor si contamos con un exceso de producción de insulina". Señaló también que el proceso es reversible porque es posible reanastomosar el intestino delgado.

Al comienzo del estudio, el IMC medio era 40,6 kg/m2 y el peso medio era 108,4 kg. En la evaluación realizada 36 meses después de la cirugía, el IMC medio era 26,6 kg/m2 y el peso medio era 73,2 kg. El porcentaje medio del exceso de peso perdido a los 36 meses era del 67,8%.

El estudio también evaluó el efecto en la comorbilidad de los pacientes. La hipertensión arterial mejoró o se normalizó tras la cirugía en el 89%, la resistencia a la insulina en el 96%, las dislipidemias en el 95%, la diabetes en el 86%, la enfermedad tiroidea en el 36% y el reflujo gastroesofágico en el 86%. Más del 90% de todas las comorbilidades mejoraron o desaparecieron en los 36 meses siguientes a la cirugía.

La mayoría de los pacientes tratados mediante gastrectomía tubular con derivación intestinal tenían una sensación de saciedad tras ingerir una cantidad de alimentos relativamente escasa. El Dr. Alamo explicó que una razón que justifica la sensación de saciedad "es la derivación ileal que estimula la secreción de GLP-1 y [péptido YY].... Estas dos hormonas producen saciedad, una sensación de plenitud. Esta es la razón por la que en nuestra opinión estos pacientes consiguen perder más peso que con la gastrectomía tubular simple. Y no necesitamos otro tipo de cirugía...para tratar a estos pacientes".

En el estudio no se detectó un síndrome de vaciamiento gástrico rápido, y la albuminemia y las pruebas funcionales hepáticas eran normales. Ningún paciente del estudio presentó malnutrición y no hubo fallecimientos. Las ventajas de esta nueva técnica son la conservación de la porción duodenal de absorción del hierro y del acceso a la ampolla de Vater con fines diagnósticos o terapéuticos.

Los investigadores concluyen que la gastrectomía tubular con derivación intestinal es una "técnica quirúrgica nueva, segura y eficaz". Quedan por determinar sus resultados a largo plazo.

El comoderador de la sesión, el Dr. John Dixon del Centre for Obesity Research and Education de la Universidad Monash de Melbourne (Australia), explicó el estudio a Medscape General Surgery y señaló que "esta cirugía es una gastrectomía tubular y una versión reducida de la derivación yeyunoileal desacreditada hace muchos años. El problema era dejar el extremo ciego del intestino sin un tránsito natural... Otros especialistas han realizado una cirugía similar con restricción gástrica y extirpación de este segmento intestinal, lo que probablemente elimina un problema”.

Varios asistentes manifestaron sus dudas respecto a esta técnica por al asa ciega de intestino remanente y hasta cierto punto por ser una pequeña reinvención de una técnica desacreditada hace muchos años. Sin embargo, el Dr. Dixon advirtió que en este estudio los pacientes no presentaron los problemas de insuficiencia hepática, proliferación bacteriana, malabsorción grave o cálculos renales asociados a la técnica desacreditada.

El Dr. Dixon añadió que "de hecho, estaban realizando esta derivación para tratar de mejorar la diabetes. En realidad, la duda es si los resultados habrían sido exactamente los mismos con la gastrectomía tubular simple".
 

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