20/12/08

Emiten nuevas directrices para la gestión del SCI *


Emiten nuevas directrices para la gestión del SCI

Grupo revisa las terapias convencionales y alternativas para tratar los síntomas del colon irritable

Una organización líder de gastroenterólogos ha emitido directrices nuevas sobre la gestión del síndrome del colon irritable (SCI).
Las directrices, emitidas por el Colegio estadounidense de gastroenterología (American College of Gastroenterology) y publicadas en la edición de enero de The American Journal of Gastroenterology, reemplazan en esencia un documento de 2002.

"El mundo del SCI está cambiando rápidamente porque hay más terapias y mayor concienciación. Se considera una 'enfermedad de verdad'", señaló el Dr. Lawrence Brandt, presidente de la fuerza de trabajo para el SCI del grupo y jefe de gastroenterología del Centro médico Montefiore de la ciudad de Nueva York. "Se están desarrollando muchos medicamentos nuevos y todavía queda mucho por hacer, pero hay suficiente información nueva desde la última vez".

"Desde el punto de vista del médico, esto no cambia mucho la práctica y no hay mucha información nueva, aunque es exhaustiva y útil", aseguró el Dr. Benjamin D. Havemann, profesor asistente de medicina interna del colegio de medicina del Centro de ciencias de la salud Texas A&M y director de gastroenterología del campus de medicina de la Universidad de Round Rock del Hospital Scott & White. "Señala lo poco que ha surgido [en cuanto a tratamientos nuevos] durante los últimos años. Algunos de los avances que hemos logrado se han retirado o están bajo control estricto".

"Algo muy valioso que se halló fue que hacer pruebas extensivas no es útil", aseguró Havemann. "Tiene sentido para mí que si no hay síntomas de alarma, el beneficio de exámenes de sangre básicos y otros es dudoso".

Se calcula que entre el siete y el diez por ciento de la gente tiene SCI, en el que puede haber dolor abdominal, hinchazón y otras incomodidades, como estreñimiento y diarrea. El SCI afecta tanto la calidad de vida como la productividad de millones de personas.

La mayoría de los tratamientos para el SCI alivian los síntomas en lugar de resolver la afección misma.

Las nuevas directrices reúnen la evidencia existente sobre tratamientos convencionales para el SCI, así como terapias nuevas (como los probióticos) y terapias alternativas (acupuntura y más). En resumen, las directrices actualizadas recomiendan:

  • Los productos de fibra, entre ellos el psilio, medicamentos antiespasmódicos y aceite de menta, podrían ser efectivos, al menos para algunas personas. "No hay mucha evidencia, pero algunos pacientes dicen sentirse mejor", según Brandt. Advirtió que la fibra se debe usar cuidadosamente en quienes tiene colon estrecho.
  • Hace falta más información sobre los probióticos, microorganismos vivos (generalmente bacterias), similares a los organismos benignos que usualmente pueblan los intestinos. "Este es un tema caliente y un asunto cada vez más complicado", señaló Brandt. Los investigadores y los médicos necesitan tener en cuenta las especies de bacterias utilizadas, cuántas especies y las dosis.
  • Los antibióticos no absorbibles, los que se dirigen únicamente al colon, como la rifaximina (Xifaxan), también parecen ayudar a algunas personas, en particular a las que tienen SCI con diarrea predominante". Brandt aseguró que "la información no es muy buena, aunque algunos pacientes juran que les ayuda dramáticamente".
  • Los antidepresivos tricíclicos, así como los conocidos como inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) benefician a una gran cantidad de pacientes de SCI. Esto está respaldado por estudios de calidad, aunque con pocas cantidades de participantes, y podría cambiar a medida que se evalúa la investigación en un gran número de personas. La asesoría psicológica también podría ofrecer algo de alivio.
  • Los activadores selectivos del canal del coluro C-2, particularmente la lubiprostona (Amitiza) son efectivos para el SCI con estreñimiento predominante".
  • Los antagonistas de la 5HT3, como la alosetrona (Lotronex) alivian los síntomas de la diarrea, pero pueden causar estreñimiento e isquemia del colon, es decir, flujo sanguíneo restringido.
  • Los agonistas de la 5HT 4, aunque son efectivos contra el estreñimiento, no están disponibles en América del Norte por un alto riesgo de problemas cardiovasculares.
  • Todavía no hay evidencia concluyente sobre las mezclas herbales chinas, además de que conllevan el riesgo de insuficiencia hepática y otros problemas. Las diferencias en el contenido de los compuestos y la pureza de los ingredientes complica la evaluación de beneficios.
  • De manera similar, la evidencia sobre la acupuntura no es concluyente.
  • No existe evidencia en este momento de que examinar por alergias alimentarias o seguir dietas que excluyan ciertos alimentos alivie los síntomas de SCI.
  • Las pruebas de diagnóstico de rutina para el SCI no se recomiendan, aunque sí se deben hacer algunas pruebas en ciertos subgrupos de pacientes.

Aunque son profundas, las directrices fueron criticadas por no explicar qué fondos externos se usaron en el proceso de desarrollo. El documento sí revela que se recibió apoyo de Takeda Pharmaceutical Co. y Salix Pharmaceuticals, que fabrican productos dirigidos al SCI.

El Dr. Mark Ebell, viceeditor de American Family Physician, aseguró que se sentiría más cómodo si las directrices hubieran sido "muy claras acerca de qué apoyo se ofrecía y para qué lo necesitaban, para pagar por la investigación en la literatura o personal. ... Es común recibir apoyo por directrices. ... Me parece que en general no es intencional, pero cuando tenemos una relación, crea el potencial de problemas".

Ebell aseguró que Brandt tenía relaciones con laboratorios farmacéuticos.

Brandt ve las cosas de otra manera. "No tengo vínculos con la industria que sean relevantes para esta publicación", dijo. "No recibo dinero directamente de ninguna empresa. No tengo acciones y mi familia tampoco, así que es un asunto completamente imparcial. No tengo ningún conflicto de intereses y no hay más qué decir".

Anne-Louise B. Oliphant, vocera del Colegio estadounidense de gastroenterología (American College of Gastroenterology) dijo: "Ningún laboratorio estuvo involucrado de ninguna manera ni en la estructuración ni en la compleción del metaanálisis que conforma la base de las recomendaciones basadas en la evidencia del Colegio sobre el SCI. Además, ningún laboratorio estuvo de ninguna manera involucrado con decidir quién estuvo en la fuerza de trabajo ni en su trabajo".

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